En zonas residenciales conducir un vehículo pequeño o de gran tamaño a más de 30 km/h representa un RIESGO ALTAMENTE GRAVE. Los niños pequeños, por su baja estatura y movimientos impredecibles, pueden quedar fuera del campo de visión del conductor, aumentando drásticamente el riesgo de atropello. A velocidades superiores a 25 km/h las consecuencias pueden ser DEVASTADORAS: lesiones craneales, traumatismos torácicos y fracturas graves, con alto riesgo de muerte, especialmente si el impacto es directo. Igualmente, al interior de la Manzana sobre pasar los 9 km/h tiene el mismo riesgo descrito. Seamos responsables y NUNCA pasemos los límites de velocidad.
En el caso de mascotas como gatos y perros, su tamaño y velocidad los hacen especialmente vulnerables. Usted puede causar la MUERTE instantánea o heridas severas si sobrepasa los LÍMITES de VELOCIDAD establecidos, incluso si el conductor intenta frenar. Además del daño físico, este tipo de incidentes genera trauma emocional tanto en testigos como en los propios conductores, y muchas veces procesos PENALES según la LEY.
Por estas razones, reducir RESPONSABLEMENTE la velocidad a 9 km/h al interior de la Manzana en pro del cuidado de niños y mascotas, y en el exterior REDUCIR a 30 km/h, no es solo una medida de prevención, sino un “ACTO DE RESPETO POR LA VIDA.”
